Durante el Consejo de la UE de Medio Ambiente, celebrado en Luxemburgo el pasado lunes 14 de octubre, la Comisión obtuvo ambiciosos mandatos de negociación para la próxima Conferencia sobre el Clima (COP29), la Conferencia sobre Biodiversidad (COP16) y la Conferencia sobre Desertificación (COP16).
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la desertificación, la degradación del suelo y la contaminación son interdependientes y agravan los retos existentes para la sostenibilidad y la resiliencia. Amenazan la salud del planeta y el bienestar humano en todo el mundo y tienen un impacto desproporcionado en las comunidades locales. La UE se compromete a trabajar con sus socios para hacer frente a estas múltiples crisis y acelerar una transición ecológica mundial, justa e integradora, aseguran desde la Comisión Europea.
Uno de los puntos abordados fue la adopción de una postura negociadora final de la UE para la próxima COP29. La posición de la UE se compromete a mantener el calentamiento global dentro de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y a aumentar la resiliencia mediante la prevención, la mitigación y una mejor adaptación a los efectos potencialmente irreversibles del cambio climático, en consonancia con el Acuerdo de París de 2015.
Será crucial que las Partes reconfirmen su compromiso de aplicar la ambición del acuerdo alcanzado en Dubai en la COP28 en el consenso de los EAU, donde los países acordaron reducir progresivamente los combustibles fósiles. Esto debe sentar las bases para la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (planes nacionales de acción climática) más ambiciosas de cara a la COP30 de Brasil.
Los ministros también pidieron un nuevo y sólido objetivo colectivo cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés), un objetivo de financiación climática para ayudar a los Estados en desarrollo, que sustituya al marco actual de 100.000 millones de dólares anuales tras su expiración en 2025. Deseosos de compartir esta carga, pidieron una mayor participación de los actores privados y un mayor número de naciones contribuyentes. Los ministros pidieron ambiciosas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), los planes climáticos nacionales establecidos por el Acuerdo de París que los Estados deben presentar cada cinco años, que integren objetivos de reducción de todos los gases de efecto invernadero en el conjunto de la economía, y que aceleren el despliegue de «tecnologías de emisiones cero y bajas», una formulación ambigua fruto de un compromiso entre los Estados miembros a favor de la energía nuclear y los que están en contra.
Fuente: Comisión Europea