La Comisión Europea ha anunciado un retraso en la presentación de su objetivo climático para 2040, inicialmente previsto para el primer trimestre de 2025. Según la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, la nueva fecha será en el segundo trimestre del año. Este aplazamiento refleja los desafíos de avanzar en una agenda climática ambiciosa en el actual contexto político internacional, en un momento en que comienzan los preparativos para la cumbre climática de la ONU de 2025 (COP30).
El objetivo de la UE para 2040 es un pilar clave de su estrategia de neutralidad climática para 2050, que a su vez está en el centro del Pacto Verde Europeo y cuenta con carácter jurídicamente vinculante bajo la Ley Europea del Clima. Actualmente, la UE se ha comprometido a reducir sus emisiones de carbono en un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990, antes de alcanzar las emisiones netas cero en 2050. Por ello, el objetivo de 2040 representa un paso intermedio en este camino.
A pesar de que la Comisión Europea inició el proceso hace más de un año con una comunicación no vinculante en la que proponía una reducción del 90 % de las emisiones, siguiendo las recomendaciones del Comité Científico Asesor Europeo sobre el Cambio Climático (ESABCC), y una consulta pública posterior, aún no ha presentado una propuesta legislativa oficial para su debate en el Parlamento Europeo y los Estados miembros.
Este retraso podría tener consecuencias, ya que el objetivo de 2040 influirá en la definición del objetivo climático de la UE para 2035, que se presentará en la COP30. La cumbre, que se celebrará en Belém, Brasil, está en su fase inicial de preparación. El 10 de marzo, André Aranha Corrêa do Lago, presidente designado para la cumbre de este año, publicó una carta exponiendo su visión sobre la diplomacia climática global. En ella, subrayó la urgencia de la crisis climática y pidió avances concretos en el terreno, con un enfoque en la acción colectiva y la superación de diferencias políticas.
La carta destacó el trabajo pendiente en la transición justa, la implementación del Global Stocktake (proceso para evaluar el progreso en los objetivos del Acuerdo de París) y las estrategias de mitigación y adaptación. Las negociaciones sobre el Programa de Trabajo de Mitigación (MWP), que busca reducir el cambio climático evitando emisiones, quedaron estancadas en la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán. Corrêa do Lago también expresó su intención de ampliar el acuerdo de financiación climática alcanzado en la COP29, proponiendo una hoja de ruta para movilizar al menos 1,3 billones de dólares anuales hasta 2035 para los países en desarrollo, con recursos tanto públicos como privados.
La COP30 se celebrará en un escenario internacional cambiante, marcado por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su decisión de reducir la financiación para el clima, la ayuda y el desarrollo. Según un análisis reciente de la plataforma británica Carbon Brief, casi el 10 % de la financiación climática mundial podría verse amenazada debido a los recortes presupuestarios de EE.UU., lo que dificultaría alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C sobre los niveles preindustriales. Los analistas temen que otros países, como Indonesia, Nueva Zelanda o Argentina, sigan el ejemplo de EE.UU. y se retiren del Acuerdo de París, lo que anticipa unas negociaciones complejas en la próxima cumbre.