El desarrollo de biocombustibles sostenibles se encuentra en un momento crucial. Esta es la premisa desde la que la Agencia Internacional de la Energía (IEA), en apoyo de la presidencia brasileña del G20, ha elaborado un estudio titulado ‘Contabilidad del carbono para Biocarburantes sostenibles‘. Este estudio examina las complejidades a las que se enfrenta este sector y analiza los enfoques normativos para contabilizar la intensidad de carbono de los biocombustibles en diversas regiones. Destaca las principales razones de la variabilidad de las emisiones de GEI del ciclo de vida de los biocombustibles y subraya que los impactos del cambio de uso de la tierra son una fuente importante de desacuerdo entre los diferentes marcos políticos.
Concluye que las políticas deben adoptar enfoques pragmáticos para fomentar la mejora continua, verificable y basada en el rendimiento, de los biocarburantes sostenibles.
«Se reconoce el importante papel de los biocombustibles en la descarbonización del sector del transporte, sobre todo por su potencial para ayudar a reducir las emisiones de la aviación y el transporte marítimo, y por su complementariedad con los vehículos eléctricos y las medidas de eficiencia energética en el transporte por carretera. Sin embargo, el despliegue a gran escala de los biocarburantes también suscita inquietudes», matiza el estudio.
El beneficio climático percibido de los biocombustibles depende en gran medida de la intensidad de carbono de su suministro. Por lo tanto, para atraer las inversiones necesarias para aumentar la producción de biocarburantes se necesitarán marcos normativos sólidos respaldados por cálculos de la intensidad de carbono transparentes y con base científica. El uso de la contabilidad del carbono para la elaboración de políticas se complica aún más debido a los informes contradictorios sobre los resultados de las emisiones de GEI de los biocarburantes y a la falta de consenso entre las distintas metodologías.
«Para acelerar significativamente el despliegue de biocombustibles sostenibles, las políticas deben estimular su mejora continua basada en métricas actualizadas de rendimiento de GEI y en el cumplimiento de otros criterios de sostenibilidad, así como en la ampliación de las mejores tecnologías», apunta el estudio como una de sus principales conclusiones.
Segun el estudio, los países también deben demostrar un fuerte liderazgo promoviendo una orientación política coherente para la contabilidad de los GEI, adhiriéndose a métodos transparentes y desarrollando normas internacionales:
«Los gobiernos deben emplear enfoques pragmáticos y orientados al impacto para tener en cuenta los distintos niveles de complejidad e incertidumbre inherentes a las evaluaciones del ciclo de vida de las distintas vías de biocarburantes», concluye.