El Reglamento sobre diseño ecológico para productos sostenibles (ESPR, por sus siglas en inglés), que entrará en vigor el 18 de julio de 2024, es la pieza clave del enfoque de la Comisión Europea para lograr productos más sostenibles y circulares desde el punto de vista medioambiental. Este reglamento establece un marco para la definición de requisitos de ecodiseño para productos sostenibles, y modifica la Directiva (UE) 2020/1828 y el Reglamento (UE) 2023/1542, y deroga la Directiva 2009/125/CE.
Los productos y la forma en que los usamos pueden tener un impacto significativo en el medio ambiente. Por lo tanto, el consumo en la UE puede ser una de las principales causas del cambio climático y la contaminación.
El ESPR tiene por objeto mejorar significativamente la circularidad, el rendimiento energético y otros aspectos de sostenibilidad medioambiental de los productos introducidos en el mercado de la UE, mediante la implementación de determinados estándares para estos productos sostenibles. De este modo, se dará un paso importante hacia una mejor protección de nuestro planeta, el fomento de modelos de negocio más sostenibles y el refuerzo de la competitividad y la resiliencia generales de la economía de la UE.
Algunas de las iniciativas que se transcriben en la nueva regulación son las siguientes consideraciones:
- Promover la durabilidad, la reutilización y la reparabilidad para reducir los residuos.
- Mejorar la eficiencia energética y de los recursos, y aumentar el contenido reciclado.
- Reducir las sustancias peligrosas que impiden el reciclaje.
- Minimizar el impacto ambiental y promover la transparencia a través de pasaportes digitales de productos.
El Reglamento incluye a su vez una serie de nuevas medidas, como son: el pasaporte digital del producto, la normativa para hacer frente a la destrucción de productos de consumo no vendidos, o la contratación pública ecológica.
En el ámbito de la implementación, el reglamento ESPR es una legislación marco, lo que significa que las normas concretas sobre los productos se decidirán progresivamente, producto por producto, u horizontalmente, tomando como referencia la base de grupos de productos con características similares. Por otro lado, el proceso comenzará con un ejercicio de priorización, seguido de la publicación de un plan de trabajo en el que se establezcan los productos y las medidas que se abordarán.