El sector energético de la Unión Europea lideró la reducción de las emisiones netas de gases de efecto invernadero de la UE en un 9% en 2023 en comparación con el año anterior, según los datos presentados por la Agencia Europea de Medio Ambiente a las Naciones Unidas. Representa la mayor reducción relativa de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE desde 1990 y consolida los avances de la UE para reducir su cuota de emisiones mundiales.
Los datos presentados a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) reflejan que la reducción neta total de gases de efecto invernadero (incluido el UTCUTS y excluidos la aviación internacional y el transporte marítimo) entre 1990 y 2023 en la UE alcanzó el -37%, que supone una disminución de 1.728 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (Mt CO2e). Las cifras confirman que se ha producido una disociación progresiva entre el producto interior bruto (PIB) y las emisiones, con un aumento del PIB del 70 % y un descenso de las emisiones del 37 % en este período, hasta el nivel actual de 2.908 Mt CO2e.
La mayor parte de las reducciones se produjeron en el sector energético, en un contexto de menor consumo total de energía en la UE en 2023. Solo en el sector energético, las emisiones disminuyeron un 22%, la mayor reducción en la UE de los últimos 33 años de datos de inventario desde 1990. Esto se debió tanto a una reducción del consumo de carbón y gas natural para la generación de electricidad y calor como a un aumento significativo del consumo de energías renovables. Según los datos de Eurostat, el uso de energías renovables aumentó significativamente en 2023, sobre todo la energía hidráulica, eólica y solar (el consumo de bioenergía disminuyó en 2023).
Entre 1990 y 2023, las reducciones de emisiones fueron mayores en la producción pública de electricidad y calor, las industrias manufactureras y la construcción, la combustión residencial y la siderurgia. La tendencia de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el periodo de 33 años se vio impulsada por diversos factores, como la creciente cuota de uso de energías renovables, el uso de combustibles fósiles menos intensivos en carbono y las mejoras en la eficiencia energética, así como a cambios estructurales en la economía.
Estos cambios han dado lugar a una menor intensidad energética de la economía y a una menor intensidad de carbono de la producción y el consumo de energía en 2023 en comparación con 1990. La demanda de energía para calentar los hogares también ha sido menor, ya que, además de mejores normas de aislamiento en los edificios, Europa ha experimentado por término medio inviernos más suaves desde 1990, lo que también ha contribuido a reducir las emisiones.
Las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyeron en la mayoría de los sectores entre 1990 y 2023, excepto en el transporte y la refrigeración y el aire acondicionado, donde las emisiones aumentaron debido a una mayor demanda que superó las mejoras tecnológicas y de eficiencia. En el sector forestal y terrestre, las absorciones netas disminuyeron, y la tendencia negativa se aceleró en los últimos años. Las principales razones de este descenso son el envejecimiento de los bosques, el aumento de las talas y los efectos negativos del cambio climático.
Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente