El metano se duplica desde la era preindustrial en la UE y alcanza los 1925 ppb en 2024

El metano (CH₄) es un gas de efecto invernadero (GEI) con un elevado potencial de calentamiento global. Aunque su concentración en la atmósfera es inferior a la del dióxido de carbono (CO₂), su capacidad para absorber radiación térmica es aproximadamente 25 veces superior que la de CO₂ durante un período de 100 años.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2022 las emisiones globales anuales de metano alcanzaron los 14.500 millones de toneladas (Mt) de CO₂ equivalente (CO₂e). De este total, aproximadamente el 60 % procedía de actividades humanas, como la agricultura, la gestión de residuos y las operaciones energéticas, constituyendo las principales fuentes antropogénicas. El 40 % restante tuvo su origen en fuentes naturales, siendo los humedales la principal fuente de metano natural.

En la Unión Europea (UE), el sector agrícola fue el mayor emisor en 2022, con 230 Mt de CO₂e, debido especialmente a la fermentación entérica y la gestión del estiércol. Le siguieron el sector de residuos, que emitió 97 Mt de CO₂e, principalmente a partir de los vertederos. En tercer lugar, el sector energético contribuyó con 65 Mt de CO₂e, derivadas en su mayoría a las operaciones con gas natural y la minería de carbón.

 

Figura 1. Tendencias de las emisiones de metano por sector en la UE-27 (1990-2022).
Fuente: European Enviroment Agency.

La concentración de metano en la atmósfera sigue en aumento

A pesar de los esfuerzos realizados para mitigar las emisiones en Europa, la concentración de metano en la atmósfera sigue en aumento, alcanzando niveles cercanos a 1925 ppb (partes por billón) en 2024, más del doble de los valores preindustriales (722 ppb). Este incremento se atribuye principalmente al mayor uso de combustibles fósiles y a las emisiones provenientes de sectores como la agricultura, la gestión de residuos y los humedales. No obstante, la tasa exacta de este aumento sigue siendo objeto de investigación, dado que la química atmosférica del metano es compleja y depende de la interacción entre fuentes antropogénicas y naturales, influenciada por factores climáticos y estacionales.

Figura 2. Metano atmosférico medido en ppb (como fracción molar de aire seco).
Fuente: European Enviroment Agency.

Las concentraciones de ozono troposférico en Europa están determinadas por una variedad de factores, entre los cuales se incluyen las emisiones locales de precursores de vida corta, como los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos orgánicos volátiles (COV), así como la contribución de fuentes a larga distancia, como el metano. A pesar de la significativa reducción de las emisiones de NOx y COV en Europa desde 2005, las concentraciones medias anuales de ozono han aumentado un 3 % en los 27 países miembros de la UE, mientras que los picos de ozono han disminuido un 8 %. Este aumento en los niveles medios de ozono se debe, en gran medida, a la reducción de las emisiones de NOx, especialmente en áreas urbanas, lo que genera un efecto de «titulación» del ozono, impidiendo su descomposición eficiente.

Figura 3. Niveles de ozono en la UE-27 (2005-2021), que representan la media anual de ozono (izquierda) y el cuarto pico diario más alto (4MDA8, derecha). Fuente: European Enviroment Agency.

Las reducciones de NOx y COV no serán suficientes para disminuir los niveles de ozono para 2050

La gestión de la calidad del aire y la reducción de los niveles de ozono troposférico requieren un enfoque integral. Los precursores del ozono, como el metano, los COV y los NOx, tienen diferentes ciclos de vida atmosféricos y afectan la formación de ozono de diversas maneras. El metano, debido a su mayor permanencia en la atmósfera, contribuye a la formación de ozono a largo plazo, mientras que los COV y los NOx tienen un impacto más inmediato.

Una estrategia efectiva para reducir el ozono debe incluir la reducción coordinada de metano, NOx y COV. Sin embargo, las proyecciones indican que las reducciones actuales de NOx y COV no serán suficientes para minimizar significativamente los niveles de ozono para 2050, debido al aumento global de las emisiones de metano. Si se logran reducciones sustanciales de metano, se podría alcanzar una disminución considerable de los niveles de ozono, acercándose a los objetivos establecidos por la OMS, aunque no completamente, debido al ciclo de vida del metano.

A pesar de representar solo el 5 % de las emisiones globales de metano, Europa enfrenta el 10 % de los impactos en salud atribuibles a estas emisiones, dada su alta densidad poblacional. Esto resalta la importancia de mitigar las emisiones de metano a nivel global, especialmente en Europa, donde los beneficios en salud serían significativos.

Figura 4. Estimación de la exposición al ozono en Europa en 2015 y para dos escenarios en 2050.
Fuente: European Enviroment Agency.

Fuente: European Enviroment Agency.

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