En su esperado informe sobre el futuro de la competitividad de la Unión Europea (‘The Future of European Competitiveness‘), Mario Draghi ha presentado una hoja de ruta con recomendaciones clave para recobrar el impulso económico y, al mismo tiempo, avanzar en la descarbonización en medio de la crisis climática. Draghi pone énfasis en el desafío que supone transformar el sector energético europeo, una de las áreas más críticas para el crecimiento y la sostenibilidad del bloque.
El documento visibiliza que la competitividad de Europa ha estado estancada, en parte por la creciente influencia de Estados Unidos y China, con una productividad en declive y una industria que enfrenta dificultades para adaptarse a las grandes transformaciones del siglo, como son la revolución tecnológica y el cambio climático. La necesidad de una revisión profunda en la política energética se presenta como un elemento central del plan presentado.
El informe menciona la importancia de desarrollar un plan de acción industrial para escalar posiciones a nivel mundial. Draghi considera que es necesario mayor apoyo público al sector privado y una nueva política industrial que esté en coordinación con la de competencia y comercial en una estrategia conjunta. Además, subraya la necesidad de que los Estados miembros aumenten su gasto en investigación y desarrollo (I+D) en sectores punteros, pues hasta el momento se han enfocado más en tecnologías maduras y en sectores cuyo crecimiento de la productividad está en desaceleración.
El reto de la transición energética y la transformación del mercado energético europeo
Entre los principales desafíos que destaca el informe emerge la transición energética, debido a la elevada dependencia de energía del exterior y sus ambiciosos objetivos de descarbonización. La volatilidad del mercado energético, los altos precios de la energía y la fiscalidad excesiva de Europa entran a debate en este análisis.
Una de las propuestas de Draghi es la creación de una «Unión de la Energía» y sugiere un «plan conjunto de descarbonización y competitividad«, que integre todas las políticas energéticas de los Estados miembros y esté alineado con los objetivos climáticos. La integración de las políticas energéticas y la cooperación entre los Estados miembros serían clave para lograr una descarbonización efectiva de manera coordinada y que permita a Europa mantener la competitividad de su industria mientras lucha contra el cambio climático.
El informe del expresidente del Banco Central Europeo (BCE) pretende acelerar la descarbonización, garantizar la sostenibilidad del suministro energético, reducir los costes de la energía para el usuario final y también la carga fiscal de la energía para la industria. Para ello, apuntala a las energías renovables como claves para explotar el potencial europeo y plantea dotar de créditos fiscales a la industria por la adopción de soluciones energéticas limpias.
Draghi señala que el gas natural seguirá marcando los próximos años en la Unión Europea, por lo que la dependencia externa y su volatibilidad de precios puede influir en la economía del continente. Propone asociaciones estratégicas con proveedores comerciales confiables y con grandes reservas de gas natural (Noruega, Argelia, Estados Unidos y Catar), así como acuerdos de suministro a largo plazo para evitar las fluctuaciones del mercado. Señala la importancia de establecer mecanismos de compra conjunta de gas para aumentar el poder de negociación de la Unión Europea. Recomienda mejoras en infraestructuras de almacenamiento e importación de gas para facilitar un acceso equitativo de todos los Estados miembros, mayor transparencia en los datos energéticos para una planificación más precisa, una regulación financiera más estricta para dificultar la especulación de los mercados energéticos o ayudar a que los sectores industriales tengan facilidades de acceso a un sistema energético competitivo (que prevendría su fuga a países con costes energéticos inferiores). El informe remarca que es preciso remplazar el uso de gas natural con hidrógeno verde u otros gases renovables cuando sea económicamente viable.
Respecto al mercado eléctrico, se ambiciona simplificar la autorización de renovables y redes, incrementar los contratos a largo plazo, facilitar el acceso a energía de la industria sometida a competencia internacional, mantener la cadena de suministro nuclear y el desarrollo de nuevas plantas, incentivar el autoconsumo industrial, diferenciar la remuneración de las renovables y la nuclear de la generación fósil, o reforzar el almacenamiento.