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Biocircularidad: la llave para una España desfosilizada, industrializada y autónoma

Participamos en el nuevo número de Cuadernos Energia, a través de un artículo de Margarita de Gregorio, CEO de BIOCIRC, en el que analiza las posibilidades de España para incrementar el desarrollo del sector de la biocircularidad.

Vivimos un momento en el que la transición ecológica y la industrialización deben caminar juntas. Y, es precisamente en esa intersección, donde se sitúa la biocircularidad: un modelo productivo sostenible basado en recursos orgánicos renovables, con capacidad para sustituir progresivamente insumos fósiles en múltiples sectores estratégicos de nuestra economía e inducir, al mismo tiempo, desarrollo y cohesión territorial.

En el número 80 de Cuadernos de Energía, a través de un artículo de Margarita de Gregorio, CEO de BIOCIRC, defendemos que este modelo no solo permite la desfosilización de la economía, sino que también impulsa el cierre de ciclos productivos, el desarrollo de las regiones, la industrialización y la soberanía energética.

España parte de una posición privilegiada para liderar esta transformación. Contamos con uno de los potenciales de recursos biomásicos más amplios y diversos de la Unión Europea, somos el principal productor mundial de aceite de oliva, mantenemos la primera posición europea en exportación de frutas y hortalizas frescas y lideramos la producción de ganado porcino. Sin embargo, gran parte de estos recursos sigue infrautilizada, lo que supone una pérdida de valor económico y ambiental, además de una oportunidad desaprovechada para generar empleo de calidad en el entorno rural.

Para activar este potencial, el artículo identifica cuatro palancas biocirculares clave: la cogeneración de alta eficiencia en entornos industriales, el biometano como sustituto inmediato del gas fósil, los combustibles sostenibles para aviación y transporte marítimo, y el biorrefino avanzado para la producción de bioproductos. Estas soluciones no solo son viables tecnológicamente, sino que permiten estructurar cadenas de valor territoriales con impacto real en la economía. La biocircularidad opera, además, bajo uno de los marcos regulatorios más exigentes de la Unión Europea, lo que garantiza su contribución a los objetivos climáticos y su compromiso con la sostenibilidad.

Como remarca la CEO, es imprescindible armonizar las políticas de bioeconomía, energía, industria, agricultura, reto demográfico y residuos para favorecer el despliegue de estos modelos, ofrecer incentivos y acelerar el respaldo institucional del sector. Desde BIOCIRC, trabajamos para que la biocircularidad sea reconocida como una herramienta estratégica de país. Apostar por este modelo no es solo una cuestión ambiental, porque desfosilizar nuestra economía desde los territorios, con soluciones tecnológicas maduras y recursos propios, es el camino hacia una España más resiliente, industrializada y competitiva.

Artículo completo en Cuadernos de Energía.

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