biocircularidad

Biocircularidad y Bioeconomía

La biocircularidad es la parte renovable de la economía circular. Es la economía circular de base biológica (renovable). Si bien la economía circular consiste en cerrar ciclos productivos convirtiendo sus residuos en recursos (reutilizando, reciclando, valorizando), cuando estos residuos o subproductos de procesos productivos son de base biológica (formados por materia orgánica), se consideran renovables. Por lo que la biocircularidad consiste en:

Cerrar ciclos productivos de procesos de los sectores primario y secundario cuyas materias primas están compuestas de materia orgánica (agricultura, ganadería, sector forestal e industrias relacionadas) y/o generan CO2 y otros gases biogénicos.
Sustituir materias primas de productos energéticos, químicos, materiales, etc. cuyo origen no es orgánico (es fósil, derivado del petróleo) por otras que sí lo son, convirtiendo ese proceso en sostenible y renovable.

La biocircularidad promueve el uso inteligente y sostenible de los recursos naturales y las materias primas renovables permitiendo aumentar la independencia del petróleo importado y sus derivados que se emplean en la producción de energía, combustibles, químicos y materiales. ¿Cómo? Haciendo uso de recursos existentes en los territorios cuya valorización posibilita sustituir compuestos fósiles por renovables, a la vez que facilita el cierre de ciclos productivos aprovechando al máximo los residuos y subproductos que generan los mismos.

Este modelo productivo e industrial fomenta la bioeconomía en las áreas geográficas en las que se implementa. La bioeconomía engloba a todos los sectores y sistemas que dependen de recursos biológicos (animales, plantas, microorganismos y biomasas derivadas, incluidos los residuos orgánicos), sus funciones y principios. Incluye y vincula: los ecosistemas terrestres y marinos y los servicios que proporcionan; todos los sectores de producción primaria que utilizan y producen recursos biológicos (agricultura, silvicultura, pesca y acuicultura); y todos los sectores económicos e industriales que utilizan recursos y procesos biológicos para producir alimentos, piensos, productos de origen biológico, energía y servicios.

Para tener éxito, la bioeconomía debe poner en el centro a la sostenibilidad y la circularidad. Su implementación implica la renovación de nuestras industrias, la modernización de nuestros sistemas de producción primaria, la protección del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad.

La producción y conversión de biomasa en el ámbito la bioeconomía de la UE representa

Valor añadido

La biocircularidad cuenta con la extraordinaria capacidad de generar valor medioambiental y socioeconómico a medida que se va implementando en los territorios.

 

Biocircularidad
y medioambiente

En gran medida la materia orgánica que se valoriza son residuos con elevado potencial de impactar negativamente en el medioambiente (emisiones, lixiviaciones, incendios, plagas, etc.), cerrar el círculo implica utilizar esos residuos, por lo que la capacidad de evitar los impactos medioambientales negativos que esos residuos potencialmente podrían ocasionar es enorme.

Biocircularidad,
industrialización
y reto demográfico

Las instalaciones en las que se llevan a cabo los procesos de valorización cuentan con una marcada componente industrial. Son plantas industriales que requieren de operación y mantenimiento. De pequeña, mediana o gran escala, a la medida del recurso disponible. Se localizan donde existe el acceso a ese recurso que se va a valorizar, lo cual implica que en gran medida se encuentren en el medio rural. La necesidad de aprovisionarlas de forma continua para garantizar una producción constante implica la necesidad de mano de obra ligada al suministro. La cual, sumada a los empleos en planta, supone que las inversiones asociadas a los modelos de negocio de la biocircularidad sean muy intensivas en generación de empleo.
Estas industrias y sus empleos asociados representan una relevante oportunidad para dinamizar socioeconómicamente el medio rural, vertebrar los territorios y, consecuentemente, afrontar el reto demográfico acuciante en numerosas regiones de España.

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