España, con su oferta energética, tiene el potencial de convertirse en el destino preferido para sectores intensivos en energía en Europa, consolidándose como un polo de atracción de industria de alto valor añadido integrada en las cadenas de valor globales. Ésta es la principal premisa del position paper que ha elabora la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España (AmChamSpain) y que explora qué haría falta que España se erija como nueva potencia industrial, digital y energética.
«La capacidad de generación renovable de España, sumada a un entorno de estabilidad y competitividad en precios, ofrece un contexto altamente atractivo para atraer industrias para las cuales el coste de la energía sea un factor determinante. Sectores como la metalurgia, el vidrio, la cerámica, el cemento, la química, el papel, los fertilizantes, la automoción, así como los centros de datos necesarios para el despliegue de la Inteligencia Artificial y centros de investigación de medicamentos, requieren un suministro energético estable y asequible para poder operar de forma rentable», explica el informe.
Entre los argumentos esgrimidos en el texto destaca que España cuenta con abundantes recursos de sol y viento, y una capacidad de gestión de grandes espacios significativamente superior a la del resto de Europa. «Gracias a decisiones previas en regulación e inversiones del sector privado, el país ya genera más del 50 % de su electricidad de fuentes renovables. Además, la red eléctrica española, robusta y eficiente, ha integrado estas fuentes de manera confiable, lo que facilita la electrificación de usos finales en el sector industrial», explica.
Adicionalmente, España ocuparía una posición destacada en infraestructura digital a nivel global gracias al amplio despliegue de redes de última generación eficientes de alta capacidad y velocidad. Aproximadamente, el país ha alcanzado una cobertura del 92% en 5G y del 96% en fibra.
«Esta sólida base de conectividad habilita la adopción de soluciones digitales y nuevas tecnologías que contribuyen a hacer un uso eficiente de los recursos y a alargar la vida útil de los equipos, incrementando la productividad a la vez que se reducen costes. En última instancia, esto contribuye a lograr una transformación competitiva de la industria», aseguran desde AmChamSpain.
Para aprovechar plenamente estas ventajas, el position paper destaca que resulta imprescindible implementar incentivos específicos que continúen disminuyendo los costes energéticos y utilizar todos los recursos energéticos durante el proceso de transición. Esto no solo permitiría al país consolidarse como un importante exportador energético, sino también como un núcleo atractivo para la instalación de industria y tecnología sostenibles. De este modo, se podría revertir la tendencia de las últimas dos décadas, en las que la participación de la industria en la economía española se ha reducido de manera significativa, pasando del 18% al 11%, frenando un proceso de deslocalización industrial que, tal y como advierte, entre otros, el informe Draghi, corren el riesgo de volverse irreversible en toda Europa si no se toman medidas urgentes.
Finalmente, el documento asegura que para garantizar su liderazgo en la transición energética, la industria verde y la autonomía tecnológica, España debería combinar cinco pilares clave: energía, sostenibilidad, tecnología, capital natural y talento.
Fuente: AmChamSpain