La participación del biogás y biometano en el mix energético global puede multiplicarse por diez en 2050

Actualmente, la producción y el consumo de biogases está en aumento, con el biometano crecimiento a un ritmo anual del 20 %, pero partiendo de una base muy baja. A nivel mundial, la producción de biogás y biometano fue de 50.000 millones de metros cúbicos equivalentes a gas natural (bcme) en 2023. Esta cifra representa una fracción muy reducida del mix energético global y procede en su mayor parte de Europa, Estados Unidos y China.

Técnicamente es viable la producción de cerca de 1 billón (un millón de millones) bcme anualmente a nivel global, utilizando únicamente flujos de residuos orgánicos. Esto implica que existe la capacidad de sustituir con gases renovables una cuarta parte de la demanda global de gas natural.

En la actualidad, el 90 % del potencial técnico identificado cuesta entre 10 y 30 dólares por gigajulio ($/GJ). La competitividad depende del contexto concreto, aun así, alrededor de 45.000 millones de metros cúbicos equivalentes (bcme) de biometano pueden producirse a un precio igual o inferior al del gas natural, suponiendo más de cinco veces la producción actual. Además, la valorización del digestato como fertilizante o el aprovechamiento del CO₂ biogénico son palancas clave para mejorar la viabilidad económica de los biogases, que harían que el volumen de biometano competitivo se disparara hasta 400 bcme.

El potencial técnico se concentra en economías emergentes, destacando la India, donde el potencial de producción de biogás duplicaría su consumo actual de gas natural, convirtiéndose en un recurso estratégico para el país.

 

Proyección a futuro y medidas políticas para desbloquear el potencial

En cuanto a las perspectivas de futuro, el escenario es que la participación de el biogás y biometano en el conjunto de gases se multiplicará por cinco, o incluso por diez, hasta 2050. La realización de esta proyección depende, en gran medida, de la ambición climática y el interés político. Asumiendo la continuidad de las políticas actuales, se prevé que los biogases cubrirán el 5 % de la demanda de combustibles gaseosos (frente al 1 % actual). En cambio, el cumplimiento de los compromisos de neutralidad climática supondría una participación del 10 %.

Figura 1. Demanda global de biogases por uso en 2023, 2035 y 2050 según el escenario de aplicación de políticas. Fuente: IEA (2025)

Los escenarios indican un crecimiento especialmente pronunciado del biometano, cuya producción se multiplicaría por cuatro o por diez en 2035. Este crecimiento vendrá impulsado especialmente por su aplicación en los sectores eléctrico, industria agroalimentaria y papelera, y movilidad, donde puede actuar como combustible alternativo. En cambio, el biogás para consumo directo crecerá en torno al 3 % anual en este mismo periodo.

En cuanto a la distribución geográfica de este crecimiento, se proyecta que el liderazgo cambie hacia las economías emergentes, India y China en particular, que liderarán el crecimiento de la demanda de biogases en las próximas décadas.

En la actualidad solo el 5 % del potencial técnico está aprovechado. Se podría aprovechar hasta el 25 % del potencial en 2050 con políticas que persigan de manera ambiciosa y cumplan sus objetivos climáticos. El desarrollo del biogás y biometano sigue dependiendo en gran medida de contar con un respaldo político claro, sostenido y bien articulado. Desde 2020, se han introducido más de 50 nuevas políticas para impulsar estas tecnologías, en especial por parte de la UE, India o Brasil. Entre las medidas esenciales se necesitaría mayor coordinación institucional entre políticas de energía, industria, medio ambiente y residuos, la racionalización y simplificación regulatoria para acelerar el permitting y facilitar el acceso a la materia prima, su recogida y tratamiento.

 

Fuente: Perspectivas para el biogás y biometano: una evaluación geoespacial global. International Energy Agency (2025)

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