En 2025, el mundo vivirá un nuevo año récord en la expansión de las energías renovables, con una capacidad adicional estimada de más de 750 gigavatios (GW) a nivel global. Este aumento consolidará una tendencia de crecimiento sostenido impulsada por la transición hacia un sistema energético más limpio y eficiente.
La energía solar fotovoltaica se mantendrá como la principal fuente de crecimiento, aportando cerca del 80 % del aumento total de capacidad renovable, mientras que la energía eólica sumará entre 139 y 155 GW impulsada por China, Estados Unidos, la Unión Europea e India.
Dentro de este panorama, la bioenergía continúa desempeñando un papel complementario. Según las proyecciones, su crecimiento será limitado y experimentará un estancamiento en las economías avanzadas, pero seguirá contribuyendo al funcionamiento del sistema eléctrico global.

Aunque la bioenergía mantiene una participación reducida en comparación con otras tecnologías, sigue siendo una fuente despachable, es decir, capaz de generar electricidad bajo demanda y equilibrar la producción de energías variables como la solar o la eólica.
En conjunto, las tecnologías como la bioenergía, junto con la hidráulica y la geotermia, son identificadas como elementos esenciales para garantizar el equilibrio y la estabilidad de los sistemas eléctricos que integran cada vez más fuentes renovables intermitentes.
Fuente: ‘Renewables 2025’ (IEA, 2025)