La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ha publicado un informe sobre el Coste de Generación de Energía Renovable, cuya principal conclusión es que la energía renovable es cada vez más competitiva en costes con los combustibles fósiles -el 81% de la capacidad renovable añadida en 2023 produce electricidad más barata que las alternativas de combustibles fósiles- y el despliegue acelerado de la energía renovable sigue desencadenando avances tecnológicos en un círculo virtuoso de eficiencia de producción y reducción de costes.
En 2023, la media ponderada mundial del coste nivelado de la electricidad (LCOE, por sus siglas en inglés) de los nuevos proyectos de energía solar fotovoltaica (FV), eólica terrestre, eólica marina e hidroeléctrica a escala comercial se redujo. Entre 2022 y 2023, los proyectos de energía solar fotovoltaica a escala comercial registraron el descenso más significativo (un 12%). Para los proyectos eólicos terrestres de nueva puesta en marcha, el LCOE medio ponderado global cayó un 3% interanual; mientras que para la eólica marina, el coste de la electricidad de los nuevos proyectos disminuyó un 7% en comparación con 2022. Los costes de los proyectos de almacenamiento en baterías cayeron un 89% entre 2010 y 2023.
La generación de electricidad a partir de tecnologías de energías renovables es cada vez más competitiva, a pesar de que los precios de los combustibles fósiles están volviendo a acercarse al rango de costes históricos. El descenso más drástico se ha observado en la generación solar fotovoltaica; el LCOE de la energía solar fotovoltaica era un 56% inferior a la media ponderada de las alternativas alimentadas con combustibles fósiles en 2023, tras haber sido un 414% más caro en 2010. También en 2023, el LCOE medio ponderado global de los nuevos proyectos eólicos terrestres era un 67% inferior a la media ponderada de las alternativas alimentadas con combustibles fósiles, tras haber sido un 23% superior a la media ponderada del equivalente alimentado con combustibles fósiles en 2010. Se calcula que la nueva capacidad renovable añadida desde 2000 habrá reducido los costes de combustible del sector eléctrico en 2023 en al menos 409.000 millones de dólares, lo que demuestra los beneficios que la energía renovable puede aportar en términos de seguridad energética.
La generación de energía renovable se ha convertido en la fuente por defecto de nueva generación de energía de menor coste. Los avances logrados en 2023 son un paso importante hacia la transición a un sistema basado en la eficiencia energética y las tecnologías renovables, explica el informe.
Las energías renovables de bajo coste incentivan una mayor ambición; en los próximos años se espera un crecimiento notable de todas las fuentes de energía renovable. Sin embargo, sigue siendo crucial garantizar que el progreso y el despliegue de las energías renovables equilibren las diferentes tecnologías y se distribuyan de forma más equitativa entre países y regiones.
La transición energética depende de elementos facilitadores clave, como la infraestructura física (por ejemplo, para el almacenamiento de energía y la flexibilidad), la política y la regulación, la colaboración internacional y el refuerzo de las capacidades institucionales y humanas. Las energías renovables reducen la exposición a la volatilidad de las facturas de importación de combustibles fósiles, disminuyen los costes medios del sistema eléctrico y evitan los efectos perjudiciales de los altos precios de la electricidad sobre los consumidores y la industria. Ofrece a los responsables políticos una solución convincente para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, limitar los daños al medio ambiente y a la salud humana, aumentar la seguridad energética e impulsar el desarrollo económico.
