World Bioeconomy Forum: Financing a Sustainable Global Bioeconomy

El informe ‘Financiando una Bioeconomía Global Sostenible’, fruto de la colaboración entre Nature Finance y el Foro Mundial de Bioeconomía, surge en el marco de la Presidencia del G20 por parte de Brasil, después de que este país haya posicionado la bioeconomía mundial como una piedra angular en la transición hacia una economía más equitativa, con bajas emisiones de carbono, resistente al clima y respetuosa con la naturaleza.

Según apunta el informe el mundo está reajustando nuestra apreciación sobre el papel fundamental de la bioeconomía, especialmente después de que la revolución de las tecnologías limpias haya proporcionado una vía viable para la descarbonización. La bioeconomía proporciona la base complementaria para garantizar un uso equitativo y sostenible de la naturaleza, en particular de la biodiversidad, condición previa para una transición justa hacia el desarrollo sostenible.

“En esencia, se trata de cómo utilizamos los recursos biológicos de forma sostenible para promover una economía mundial equitativa. La bioeconomía encierra un inmenso potencial económico de creación de empleo y crecimiento económico. Más allá de este potencial cuantitativo, los esfuerzos deben apoyar el desarrollo de socio-bioeconomías que estén localizadas y sostengan la diversidad cultural encarnada por el papel de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluidos los agricultores, en la gestión de la biodiversidad del mundo”, asegura el informe.

Se calcula que la bioeconomía mundial actual está valorada en 4-5 billones de dólares, con un potencial de crecimiento hasta los 30 billones de dólares en 2050. A pesar de las importantes lagunas y deficiencias de los datos, existen pruebas claras de los principales motores del crecimiento, como las preocupaciones climáticas, medioambientales y sanitarias, cada vez más presentes en las preferencias del mercado y en la evolución de la normativa.

“La bioeconomía tiene muchas formas, desde la economía local intensiva en el uso de la naturaleza hasta el nexo entre biodiversidad y tecnologías avanzadas, y en ella participan desde pequeños agricultores hasta empresas multimillonarias de alta tecnología. Demasiado a menudo considerados como mundos diferentes, hay razones prácticas para considerarlos un espectro dinámico y conectado”, explica el texto.

Por ello, la bioeconomía debe imaginarse, desarrollarse y gobernarse de forma consciente y colectiva y, por supuesto, financiarse. Y es aquí donde los autores del informe se muestran convencidos de que la financiación de la bioeconomía es totalmente posible gracias a los numerosos instrumentos financieros existentes.

“Más allá de los canales convencionales de financiación comercial, hay una serie de instrumentos de «finanzas sostenibles» que pueden utilizarse para financiar la bioeconomía. Los créditos naturales, por ejemplo, incluidos los créditos de carbono y biodiversidad, pueden aumentar los ingresos y proporcionar una seguridad de ingresos a largo plazo que reduzca los riesgos y los costes de capital”, explican.

Los inversores se sentirán más atraídos por la bioeconomía allí donde los gobiernos y los organismos regionales hayan puesto en marcha estrategias integradas de bioeconomía y planes ejecutables asociados.

“Menos probable es que funcionen los fondos de bioeconomía aislados, las estrategias de bioeconomía de alto nivel que carecen de la aceptación del mercado o de capacidad de ejecución, y el apoyo público a nuevas empresas y sectores de bioeconomía sin vínculos con una política comercial propicia”, reza el texto

Por todo ello, la principal conclusión a la que se llega es que es necesario un planteamiento «integrado» que, por ejemplo, conecte el desarrollo de empresas y mercados con una mayor concienciación pública, unas infraestructuras adecuadas y unas disposiciones fiscales, instituciones educativas y de investigación y capacidades que lo hagan posible.

Buscar