El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la vicepresidenta Kamala Harris protagonizaron este martes un cara a cara histórico en Filadelfia en el que el ‘fracking’ volvió a ponerse sobre la mesa. No en vano, este tema vuelve a ser de gran importancia para los demócratas, quienes buscan los 19 votos electorales de uno de los Estados claves de esta elección: Pensilvania; el segundo mayor productor de gas natural de Estados Unidos, en gran parte gracias a esta técnica.
El ‘fracking’, traducido al español como fracturación hidráulica, es una tecnología para el bombeo de agua, arena y productos químicos bajo tierra para la extracción de petróleo y gas en suelos muy densos y rocosos. En Estados Unidos se utiliza en aproximadamente 95% de los pozos, y es la gran responsable de la de la producción de petróleo y gas en el país.
La ambigüedad y los cambios de opinión de Harris sobre este tema sirvieron de acicate para Trump, que recordó que la demócrata «lleva 12 años contra el fracking». A pesar de que en los últimos cuatro años se ha concedido el máximo histórico de permisos de perforación y producción de petróleo, Trump aprovechó para cuestionar repetidamente la política energética de Harris en Washington, a la que acusa de que con sus decisiones ambientalistas acabará con miles de puestos de trabajo y provocará una subida en los precios de la gasolina:
“Pensilvania se va a arruinar. Ella ha sido anti fracking, antiperforación, antipetróleo y gas prácticamente desde el día en que nació”, aseguró Trump. “Como la mayoría de los políticos, Kamala está tratando de mentir sobre su posición para ser elegida porque sus asesores saben que apoyar una prohibición de este tipo es una sentencia de muerte (…) Pondría por las nubes las facturas de la energía, los precios del gas y el precio de los alimentos”, expresó la portavoz de la campaña de Trump, Karoline Leavitt.
Por su parte, la candidata demócrata al ser preguntada sobre su cambio de opinión al respecto recurrió a recordar su crianza en una familia de clase media: “Mis valores no han cambiado y quiero traer esos valores y ayudar a la gente a mejorar, no a ir peor”. Así explicó cómo ha pasado de querer prohibir esta práctica en el pasado a comprometerse a respetarla como candidata.
La realidad es que la discusión entre Harris y Trump sobre este asunto es más bien simbólica porque solo el Congreso tiene atribuciones para legalizar una prohibición nacional de la fracturación hidráulica. Hace ocho años, la Administración Obama intentó aprobar una norma para que las petroleras y gasíferas revelaran públicamente, y de forma obligatoria, los productos químicos que empleaban en la fracturación hidráulica, con miras a que el Departamento de Interior pudiera regularlos en terrenos federales, pero un tribunal anuló ambos intentos, alegando que el Congreso no había otorgado al Departamento esa autoridad
Aunque la producción de gas natural sigue siendo una gran industria en el Estado, su huella se ha reducido desde el boom. Los permisos de perforación han caído a la mitad según cifras del Departamento de Protección Ambiental de Pensilvania. También el número de pozos que producen gas natural. Asimismo, la industria del petróleo y gas también ha despedido a miles de trabajadores desde 2019. El fracking en sí es poco discutido en las campañas electorales locales.
“La percepción es que los habitantes de Pensilvania hablan del fracking todo el tiempo, y la realidad es que no es cierto”, dijo Chris Borick, director del Instituto de Opinión Pública del Muhlenberg College en Allentown, en Político.