La Unión Europea podría suspender durante dos años y medio la certificación de biocombustibles producidos a partir de residuos a través del régimen voluntario de la Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC), aprobado en 2022 y modificado posteriormente en diciembre de 2024. El Comité de Sostenibilidad de Biocarburantes, Biolíquidos y Biomasas de la UE habría abordado recientemente las crecientes preocupaciones sobre irregularidades en el sector, a raíz del aumento de los casos de fraude en el mercado europeo de biocombustibles.
El régimen voluntario ISCC EU, que acredita el cumplimiento de los requisitos de sostenibilidad y de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos en la Directiva de Energías Renovables (DER II), es el único régimen voluntario, junto con REDcert, aprobado en diciembre de 2024, que incluye dentro de su alcance a los residuos.
Si bien el contenido de las reuniones es confidencial, se ha hecho público el planteamiento dentro del Comité de tomar como medida esta suspensión, que aún debe ser revisada a nivel legal y aprobada por los Estados miembros. El origen de esta posible suspensión se encuentra en las cantidades de aceite de cocina usado (UCO, por sus siglas en inglés) reportadas en 2022 por ISCC a la Comisión Europea. En un primer momento, ISCC declaró un total de 4,85 millones de toneladas de UCO certificadas en 2022, lo que representaba un aumento del 40 % respecto a los datos el año anterior. Particularmente, llamaron la atención los datos de certificación de UCO de Malta e Italia: 520.000 y 604.040 toneladas métricas, respectivamente. Estos datos suponían un aumento de doce veces en la cantidad certificada de este residuo respecto al año anterior en Italia, y colocaban a Malta como tercer productor mundial de UCO certificado, únicamente superado por China e Italia. Posteriormente, en diciembre de 2023, ISCC informó a la Comisión de errores en los datos reportados en 2022, corrigiendo las cantidades de UCO certificadas a 520 toneladas métricas para Malta y a 50.200 toneladas métricas para Italia.
Estos datos incidieron en la creciente preocupación de fraude respecto a la trazabilidad del UCO certificado para la producción de biocombustibles. Según algunas declaraciones de miembros de los organismos reguladores de la Comisión Europea, un tercio del UCO certificado podría tratarse, en realidad, de aceite de palma virgen. En ese caso, el biocombustible producido no podría acogerse al mecanismo de “doble contabilidad”, al no tratarse de un residuo sino de una materia prima y no estar contemplado en la lista de recursos biomásicos del anexo IX de la DER II. La DER III, aprobada en 2023, fija como objetivo para los Estados miembros una cuota mínima de energías renovables en el transporte del 29 % para 2030.
La posible suspensión a la certificación de UCO mediante el esquema ISCC EU podría tener impactos importantes en los objetivos marcados en la DER III respecto al consumo de energías renovables en el transporte. El UCO se utiliza como materia prima para la producción de biodiésel. En 2023, el biodiésel representó el 77,4 % del contenido energético de los biocombustibles consumidos para el transporte en la Unión Europea, y el 98,7 % en España. De acuerdo con los datos del año 2022, la capacidad de producción de FAME y HVO, dos clases de biodiésel, a partir de UCO y de grasas animales (residuos que figuran en la parte B del anexo IX de la DER II), fue de 3,09 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) anuales, lo que representa el 15 % del total de la capacidad de producción de biocombustibles de la Unión. El resto del biodiésel producido en la Unión Europea proviene de materias primas (9,85 Mtep anuales) y de fuentes de biomasa incluidas en la parte A del anexo IX de la DER II (biocombustibles avanzados) (1,20 Mtep anuales).
El esquema ISCC EU es empleado por un elevado número de agentes para certificar el cumplimiento de los requisitos de sostenibilidad y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero establecidos en la DER II para los biocombustibles. ISCC ha manifestado en los últimos días su sorpresa ante la posible suspensión, alegando que la entidad ha sido pionera en la implementación de medidas estrictas para prevenir fraudes en el mercado. «No vemos fundamentos para esta medida, que parece arbitraria y sin base sólida», afirmó un portavoz de la organización, insistiendo en que no existen esquemas alternativos con mecanismos de prevención del fraude superiores o comparables.
Según ISCC, esta decisión podría tener graves consecuencias para el mercado de biocombustibles basados en residuos y dificultar que las partes obligadas cumplan con los mandatos de mezcla. Además, argumentan que la medida carece de una base legal clara y que no se han seguido procedimientos fundamentales, como el derecho a una audiencia previa. También denuncian que centrarse exclusivamente en la certificación ISCC para esta medida supone un acto de discriminación.
La entidad ha asegurado que mantendrá un diálogo constructivo con la Comisión Europea para evitar consecuencias en el mercado y seguirá informando sobre cualquier novedad al respecto.