El programa de colaboración tecnológica de la Agencia Internacional de la Energía sobre Bioenergía (IEA Bioenergy) ha publicado el informe ‘Implementation of flexible bioenergy in different countries’, en el que se analiza la implementación de bioenergía en 14 países (contabilizando al conjunto de la Unión Europea como un país) durante los últimos tres años, destacando el potencial que la bioenergía ofrece para la implementación y transformación del sistema energético debido a su flexibilidad.
Las fuentes de energía renovables son clave en todos los sectores energéticos para lograr un suministro energético climáticamente neutro a más tardar a mediados del presente siglo. Hay un amplio acuerdo sobre la necesidad de aumentar drásticamente la producción de energías renovables variables como la eólica y energía solar fotovoltaica para ampliar el acceso a la energía y permitir la electrificación basada en energías limpias.
La bioenergía es una opción clave en sectores donde las fuentes de energía renovables variables son difíciles o costosas de gestionar. En estos usos se encuentran, por ejemplo, los sectores aéreo y marítimo, transporte pesado por carretera, calor industrial de alta temperatura, o el suministro de calefacción al sector residencial. Para satisfacer estas demandas, la flexibilidad que otorga la bioenergía, climáticamente eficiente y rentable, es fundamental.
La flexibilidad energética es la capacidad de hacer frente eficazmente a las variaciones en la oferta o demanda de energía mediante opciones específicas que apoyen la transición energética, proporcionando energía flexible a través de diferentes fuentes de energía. En este contexto, la flexibilidad de la bioenergía se define como el despliegue de biomasa sostenible para proporcionar múltiples servicios y beneficios al sistema energético bajo diferentes condiciones de operación y/o cargas que contribuyen a la seguridad energética (Schipfer et al. 2022).
Existen una serie de obstáculos o cuellos de botella que dificultan la implementación de la bioenergía flexible. En la evaluación se mencionaron varios aspectos, como la regulación y el marco político, los costes y aspectos económicos en el suministro de materias primas, así como barreras tecnológicas, criterios de sostenibilidad o la falta de aceptación social.
Recientemente, aspectos geopolíticos han afectado a la seguridad y al suministro energético, incrementando los precios de la energía en la Unión Europea. Esto ha influido en la percepción de la bioenergía en toda la Unión Europea, a la vez que no ha significado ningún cambio en Canadá y Estados Unidos. El biogás y el biometano son vistos como una alternativa para reducir la dependencia de la Unión Europea del gas natural procedente de Rusia. En el Reino Unido, el debate sobre “alimentos versus combustible” aumentó debido a la pérdida de cultivos y al descenso de las importaciones de Ucrania.
En algunos de los países encuestados, el reciente debate sobre el cambio climático ha aumentado la percepción de la flexibilidad de la bioenergía debido a la necesidad de transformar las industrias basadas en combustibles fósiles (por ejemplo, el sector químico, refinerías o centrales eléctricas de carbón). Por otro lado, en Finlandia y el Reino Unido, la percepción social ha disminuido debido a una mayor discusión sobre sumideros forestales, nivel sostenible de talas, manejo forestal y afecciones a la biodiversidad.
Asimismo, los desastres naturales recientes no han cambiado la percepción de la relevancia de la bioenergía en la mayoría de los países. El riesgo de incendios forestales y la pérdida de masas forestales debido a las plagas son temas que han sido debatidos globalmente. Finlandia y Austria informan que han evitado impactos no deseados, al menos hasta ahora, en estos aspectos. En Finlandia, el beneficio de las prácticas actuales de gestión forestal activa ha sido reconocido por su contribución a la aceptación social. De hecho, los argumentos para mantener las actuales prácticas de manejo forestal se pueden ver incrementados, lo que justifica la viabilidad de los usos tradicionales de los bosques, incluyendo el aprovechamiento de la bioenergía como opción.