El principal grupo de expertos sobre el clima de Dinamarca, CONCITO, ha publicado en mayo de 2024, el informe ‘Towards a sustainable deployment of BIOCCS in the EU’, que evalúa los incentivos financieros para la captura y almacenamiento de CO2 biogénico procedente de centrales eléctricas o procesos industriales (BioCCS) y presenta recomendaciones de políticas para garantizar un despliegue sostenible en la UE.
Realizar una reducción rápida y profunda de emisiones de gases efecto invernadero es la piedra angular de la política climática de la Unión Europea y, particularmente, la reducción de emisiones de carbono desempeñará un papel fundamental para alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050 y proporcionar emisiones negativas netas en el futuro.
CONCITO calcula que la cantidad actual de CO₂ biogénico emitido es de unos 209 millones de toneladas anuales procedentes de instalaciones energéticas e industriales a gran escala, así como de la producción de biogás en la UE. Debido a la falta de datos oficiales sólidos, la cantidad actual de CO₂ biogénico emitido está subestimada en cierta medida. Desde el informe se recomienda a la Comisión Europea que proponga la obligación de que todas las instalaciones industriales notifiquen y contabilicen las emisiones de CO₂ biogénico como paso importante para la toma de decisiones informadas de cara al futuro.
Los métodos de eliminación permanente de carbono, incluida la captura y el almacenamiento de CO2 biogénico (BioCCS) de plantas de energía o procesos industriales y la captura y almacenamiento directo de carbono en el aire (DACCS), actualmente se encuentran fuera de la estructura política climática de la UE. Por ello, el informe aboga por desarrollar políticas orientadas a garantizar un despliegue sostenible de estas tecnologías en la UE.
El desarrollo tanto de BioCCS, como de DACCS, depende de diversos factores, como los incentivos financieros, el coste de la tecnología, el desarrollo de infraestructuras, la disponibilidad de biomasa sostenible, o la aceptación política y social. Actualmente faltan incentivos financieros para establecer proyectos de BioCCS en la UE y estos se deben implementar teniendo en consideración todos los riesgos asociados para el clima y el medio ambiente. No tener en consideración todos los posibles efectos negativos de los incentivos financieros, apunta el informe, puede conducir a un uso excesivo de recursos biomásicos, «lo que entrañaría riesgos en los sumideros de carbono naturales y cambios en el uso de la Tierra y en el sector forestal».
«Es necesario, por tanto, realizar una regulación del uso de la biomasa, junto con la implementación de incentivos para el desarrollo de BioCCS, con el objetivo de evitar el bloqueo de grandes volúmenes de biomasa, para usos que podrían lograrse con otros medios», afirma el informe, que apunta a que las políticas para garantizar el despliegue sostenible de BioCCS podrían ser «la creación de incentivos financieros apropiados a través de la integración con el comercio de emisiones o considerar como objetivos separados en la política de UE la reducción y la remoción de emisiones».